Mucho tiempo ha pasado desde que las circunstancias
de la vida me obligaran a apartarme de un mundo que tan extraño y distante
siento ahora, a pesar del refugio que en su día supuso para mí. Tiempo he
tenido de morir y volver a nacer varias veces; de volver a inventarme a mí
mismo, de volver a descubrirme, de volver a decepcionarme y de volver a
inventarme de nuevo. Tal vez intentando corregir esos errores que me
decepcionaron las veces anteriores, o tal vez sólo con la esperanza de no ser
consciente de que esos errores siguen ahí. Tiempo he tenido de encontrar ese
ansiado equilibrio interior que muchos buscan –a pesar de que ninguno de cuantos
lo buscan sabe exactamente qué está buscando-, y también de arrepentirme de
haberlo hallado. De ahí que, ahora que las aguas parecen volver poco a poco a
su cauce, vaya en busca de esa pizca de desequilibrio que hace que el
equilibrio cobre sentido. Y de ahí, lógicamente, el título de este nuevo blog
de dos caras: (Des)equilibrium.
Tratar de asegurar cuál va a ser la temática del blog
sería, cuanto menos, arriesgado. En momentos de lucidez (equilibrium) habrá
algo de literatura (soy –o pretendo ser- escritor), algo de reflexión, denuncia
social, quizás algo de poesía, y por supuesto música. En los menos lúcidos
(desequilibrium), puede esperar el lector cualquier cosa. Curiosidades,
anécdotas, chorradas varias, fotografía, desvaríos, etc. ¡Y por supuesto,
música! No prometo que vaya a ser bonito, ni que vaya a gustar a todo el mundo,
ni tan siquiera que vaya a durar mucho. ¡Qué demonios, no prometo nada! Que
dure o no dure, dependerá de que guste o no guste, que a su vez dependerá de
que sea o no bonito, que ni sé de qué dependerá ni tengo necesidad ni interés
en saberlo (probablemente será de la casualidad). Así pues, a quien quiera
entrar y echar un vistazo de vez en cuando, bienvenido sea. Y a quien no
quiera… quien no quiera no habrá llegado al final de la entrada, ¿no?
Bienvenidos al (Des)equilibrium.
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