jueves, 24 de enero de 2013

14 días después
(Retorno)

Porque perdí la energía, así de simple. Porque llevaba una breve temporada en la que nada parecía salir mal, aunque eso nunca ha significado que fuesen realmente bien. De hecho, en todo este tiempo nunca han ido realmente bien, sino tan solo mejor de lo que venía siendo mi vida. Y especialmente de lo que ha venido siendo todo el año pasado. Y aquella energía, aquella racha no tan negativa, llegó a su fin.

No me siento mal, ni culpable por dejar de lado este proyecto que con mucha ilusión nació, y con mucha desilusión envejece. Desde la primera entrada dejé claro que no sabía cuánto duraría. Pero sí es cierto que, dentro de la gravedad de la situación, hace ya más de diez meses que las cosas empezaron a estabilizarse un poco, y que el riesgo de 'desaparición' es mínimo, hoy por hoy. Esperaba, tal vez, que esto durase un poco más. Y sin embargo la gente aparece y desaparece igual. Si hace años era yo quien desaparecía, a veces incluso sin avisar, ahora esas mismas personas con las que retomé contacto, o bien esas nuevas amistades que tan bien me hicieron, las veo cada vez más lejanas. Aquellas buenas vibraciones han dejado de agitar el ambiente y todo vuelve a su quietud y su amargura anterior. Me faltó sólo una pizca para sentirme pleno después de tanto tiempo. Falló sólo un detalle, minúsculo pero a la vez inmenso, y tal vez todo habría sido diferente. Pero la energía me abandonó y tú no estabas, y quizás fue tu ausencia lo que más me afectó. Volví a este mundo y lo primero que vi fue una entrada tuya reciente. Lo sé, culpa mía, me ilusioné.

En cualquier caso, y no sé si es la tercera o la cuarta entrada en la que te menciono, el caso es que ahora apareces. Y contigo, ese detalle, esa energía que me faltó en su momento. Y no es que no me alegre, que por supuesto que lo hago. Es solo que... ahora vuelve a faltarme todo lo demás. Si la vida pretende reírse de mí, lo cierto es que nunca le cogí el punto a su comedia. ¡Y vuelta a empezar! Vuelta a intentar aferrarse a esa energía y no dejarla escapar. Vuelta a tener ganas de algo, o quizás de todo. Tengo 25 años y a menudo me siento como si hubiese vivido 40. En ocasiones me descubro a mí mismo cansado del mundo que me rodea, cansado de todo e incluso de todos. En ocasiones creo que acabo pagándolo con quien no tiene culpa. "Quien no tiene culpa"... no, eso no existe, pienso otras veces. Empezando por mí mismo, por supuesto. El caso es que, por una u otra razón, sólo he podido llegar a una conclusión.

Y es que me pasé más de dos décadas evitando lazos, para que ninguna atadura me impidiese desaparecer. Y en cambio, ahora... tengo demasiadas.

1 comentario:

Deleyda Gilraen dijo...

Hola, acabo de leer todas y cada una de las entradas, debo mencionar que hace una hora atrás mas o menos, estaba en una reunión importante, y no hable nada, solo porque me sumergí en tu mundo interno y la fragilidad que despiden tus palabras, hay muchas cosas que me tocaron por completo, y la verdad es que si, entendí y comprendí perfectamente cada uno de tus mensajes... No hace falta colocar nombres, simplemente lo entendí, de antemano decir que de verdad me alegra no haber salido de tus pensamientos, así como me tuviste presente, también te tuve muy presente, mas de alguna vez se me paso por la cabeza que no me volverías a hablar, a juzgar por el tiempo, y las condiciones.

No pensé que te había tocado tanto con lo que escribía, y menos que te hice sentir incomodo, pero aun así, espero que esta vez no desaparezcas tanto tiempo.

Te envió un beso grande, de esos que no te gustan :)